Gsapp podcast rev v64

Este texto es una transcripción traducida de GSAPP Conversations Episode # 2, un podcast producido por la Oficina de Comunicaciones y Eventos de Columbia GSAPP en colaboración con ArchDaily.

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AMALE ANDRAOS: Hoy quiero hablar con Juan Herreros, nuestro actual Director de los Talleres Avanzados de Proyectos aquí en GSAPP-Columbia.

Además de tu intensa dedicación como profesor, desarrollas una práctica profesional al frente de estudioHerreros, tu despacho de arquitectura en Madrid que actualmente está construyendo proyectos muy relevantes en Casablanca, Bogotá, Oslo, Madrid y otros lugares. Es sorprendente cómo has desarrollado esta nueva práctica viniendo de otra que ya fue muy influyente, Ábalos&Herreros, cuyo archivo está ahora depositado en el Canadian Center for Architecture de Montreal, y que a lo largo de 2014 y 2015 fue redescubierto a través de una serie de proyectos curatoriales firmados por colegas más jóvenes como OFFICE y SO-IL, entre otros.

Es en este sentido que quería hablar contigo sobre las nuevas formas de ser arquitecto que están emergiendo hoy en día. Sé que es una pregunta en la que llevas tiempo trabajando, tanto a través del diseño de tu propia práctica como en tus seminarios y, más recientemente, en la serie de conversaciones Transfer Dialogues que has dirigido estos últimos años en GSAPP con la intención de redefinir los contenidos creativos del proyecto arquitectónico. ¿Puedes decirnos unas palabras sobre cómo estás tratando de darle nueva forma a esa conversación?

JUAN HERREROS: Debo empezar comentando que mi nueva práctica ha cumplido ya diez años que curiosamente coinciden con mi actividad académica en Columbia. Aunque ya había enseñado en varias universidades antes, para mí es importante explicar hasta qué punto descontextualizar mi actividad docente de Madrid a Columbia en el momento de establecer mi nuevo estudio significa que Columbia ha sido el laboratorio en el que encontré las condiciones idóneas para responder a la pregunta sobre qué práctica establecer en España cuando la crisis económica estaba comenzando. Desde aquí, pude leer en la distancia mi propio contexto y tomar decisiones pragmáticas y realistas de raíz pedagógica.

ANDRAOS: Entonces Columbia te permitió tomar distancia respecto de tu práctica en Madrid y, de alguna forma, reconceptualizarla y, supongo que como ya hemos hablado en varias ocasiones, es aquí también donde elaboras tu enfoque crítico frente al modelo de “práctica global” vigente hace diez años según el cual decidiste invertir tus esfuerzos en lugares que ya conocías y de alguna forma comprendías. Y recuerdo que viajabas y pasabas tiempo en Panamá o Colombia, y que coincidimos en Río, todos lugares de los que tienes un amplio conocimiento.

Así que realmente diseñaste la forma en que implicarte con esta cuestión de la práctica global. Y tengo curiosidad por saber más acerca de un arquitecto que está diseñando esa implicación y su diferencia del modelo “receptor” que toma cualquier cosa que viene sin más.

HERREROS: Hace diez años esta idea de práctica arquitectónica global estaba muy directamente relacionada con la de arquitectura “for export”. Pero al llegar a Columbia en coincidencia con el establecimiento de mi nuevo estudio, me sentí como un joven arquitecto tratando de inventar algo, y comencé mis seminarios sobre prácticas emergentes. Obviamente yo no era un arquitecto emergente, pero necesitaba ponerme en ese papel y de paso quizás ser útil también para otros que estaban empezando de cero.

Una de mis primeras decisiones fue que había espacio para una práctica global no exactamente orientada hacia la idea de exportar lo se hace en las grandes oficinas de los países desarrollados. Y esa es la razón por la que fui a esos países que conocía bien pero donde no era habitual encontrar arquitectos buscando oportunidades. Se trata de entornos con contextos bien definidos, con historia y arquitecturas valiosas y a la vez muy locales en cierta manera e intenté demostrarme a mí mismo que había una posibilidad de moverse con una nueva actitud consistente en leer los contextos con otros ojos y entregarles a las personas de vuelta una nueva descripción de lo que son en la que identificarse incluso mejor de lo que podrían hacerlo por sí mismos inmersos en su propio contexto.

Y creo que el éxito de nuestro estudio estos últimos años ha sido precisamente porque en todos los proyectos que hemos desarrollado en el exterior, nadie está viendo arquitectura española, sino un tipo de reflejo de lo local bajo un prisma novedoso para ellos, algo imprevisto en lo que reconocerse.

ANDRAOS: Eso es realmente interesante porque, en cierto modo, creo que este enfoque ofrece una especie de tercera vía, una respuesta entre “esto y lo otro”, entre lo súper local y lo meramente internacional.

Hemos visto nacer recientemente prácticas emergentes realmente fantásticas, como vPPR en Londres, que están trabajando de manera increíble a nivel local, implicando a la ciudadanía, preocupados por el tema de la vivienda y definiendo una forma nueva de ser inventivos y un nuevo modelo que no es el de la competencia y los concursos.

Pero al mismo tiempo, justo ayer tuve una conversación sobre este tema con Bernard Tschumi en la que me decía, “Me veo como un estudio pequeño que hace proyectos grandes”. Y así ha sido gracias a los concursos, pero el modelo que implica hacer concursos permanentemente y en cualquier lugar para de vez en cuando aterrizar en una ciudad cualquiera, es cada vez más difícil.

En este sentido, veo tu práctica como una tercera vía, donde uno no está aquí ni está allí pero pasa suficiente tiempo en ambos entornos como para empaparse de las condiciones locales de donde trabaja, operando como un extraño que lee esos contextos, y establece un sistema relacional entre ellos. Es un modelo muy interesante cuyo valor reside en que se ha diseñado una elección.

HERREROS: Tienes toda la razón y creo que está relacionado con la idea de que los pequeños estudios podemos ser flexibles y dedicar algo de tiempo y algunos recursos a entender los aspectos locales mientras que las grandes corporaciones no pueden dedicar ese tiempo y ese esfuerzo para sensibilizarse respecto de un contexto particular, especialmente si es problemático y el encargo no es lo suficientemente grande y limpio como, digamos, “diseñar un aeropuerto”. Y esto es importante porque siento que estas prácticas de las que estamos hablando, voluntariamente no tienen en su horizonte diseñar aeropuertos.

Así que hay un nuevo tipo de práctica pilotada por pequeños estudios que pueden tener esta relación cercana e íntima con los contextos y a la vez entrenar nuevas lecturas de su propio entorno. Digamos que estos arquitectos, al volver a casa, han desarrollado algunos músculos también para desarrollar una práctica local más sensible. Por ello creo que hoy en día las prácticas locales más avanzadas que podemos tener en nuestras propias ciudades o países se basan en que hemos ido por el mundo tratando de hacerlas en contextos que no eran los nuestros.

ANDRAOS: Y de hecho estás trayendo ese nivel de cuestionamiento a los talleres de diseño avanzado de la escuela y a los Transfer Dialogues a los que has invitado a arquitectos emergentes de todo el mundo, todo ello con la intención de acercar a los alumnos que están a punto de graduarse ciertos recursos para establecer sus prácticas, no sólo como un campo ampliado de opciones sino para mostrar que el diseño de la propia práctica es un proyecto arquitectónico en sí mismo y que hay hoy en día tanta invención accesible que es necesario y pertinente implicarse en todas las etapas y escalas del proceso constructivo.

Y sé que estás trabajando en un simposio para el otoño que va a ocuparse de estas cuestiones. ¿Quieres adelantarnos algo de él?

HERREROS: Básicamente lo que he hecho aquí en los últimos años es traer a GSAPP mis propias preguntas y utilizar este entorno como instrumento para buscar una forma de responderlas. La más prioritaria se refiere a la cultura del taller como formato de enseñanza del proyecto, especialmente en mi caso viniendo de una escuela pública y masificada [ETSAM-Madrid] donde el taller no es posible de la misma manera que aquí pero que funciona como contrapunto interesante que da sentido al diálogo entre ambos modelos.

En segundo lugar está la práctica, porque, a la larga, los estudiantes quieren saber cómo establecer una práctica. Y creo que tenemos que parar esa pregunta y decir “No. La cuestión no es cómo establecer una práctica. La cuestión es ¿por qué establecerla? ¿para qué? y ¿cuál es el diseño que le corresponde a lo que deseas comenzar?” Así que la práctica es un diseño en sí misma, es un proyecto. Y, por supuesto, somos arquitectos y deseamos hacer arquitectura. Así que, aunque la idea tópica de práctica emergente en ocasiones se relaciona con huir de la práctica convencional para inventar otros trabajos, entiendo que los arquitectos siempre hacen proyectos. Cualquier cosa que hacemos, cualquier cosa que se nos pida que hagamos, la procesamos como un proyecto. Pero somos arquitectos y queremos diseñar y construir cosas, por lo que hay que ser rigurosos diferenciando lo que realmente puede ser entendido o desarrollado como un proyecto de arquitectura y lo que no. La clave para definir los límites está en la concurrencia del diseño, y creo que las prácticas de los arquitectos emergentes deben estar enfocadas con una doble consciencia: plantearse preguntas de diseño y desarrollar una posición crítica. Y es posible. La cuestión es inventarla de una manera consciente.

ANDRAOS: Todo esto realmente quedó muy claro en el pabellón español de la última Bienal de Venecia comisariada por Aravena. Y fue muy interesante para mí ver la forma de implicación que sugería de alguna manera el pabellón español, que no era la del arquitecto como planificador ni la del arquitecto como una especie de abogado. Se trataba realmente de trabajar el edificio, de tomarlo como objeto y operar a su través procesos de puesta en valor de lo existente y reciclarlo o intervenirlo. Era un trabajo muy centrado y con un impacto muy importante en términos de diferentes modos de operar que se están replanteando cómo reaccionar ante un contexto en crisis detectando oportunidades inéditas para la arquitectura.

HERREROS: Para mí también fue una sorpresa, quizás porque como decíamos antes, estoy tan implicado en ese contexto que necesito ir a Venecia para ver desde fuera todos estos pequeños trabajos hechos por arquitectos jóvenes y no tan jóvenes interviniendo en edificios existentes, trabajando con sistemas de construcción muy inventivos, inventando encargos donde nadie había pedido nada especial, ofreciendo un valor añadido de diseño notable ante una solicitud vulgar. Fue increíble.

Y ése es el motivo por el que hablamos de hacer un simposio en GSAPP en otoño que reúna a algunos arquitectos que están tratando de responder a la pregunta de cómo ser arquitecto hoy en día si todo lo que tenemos para trabajar son los desechos de la ciudad postindustrial. Y en el pabellón español de la bienal, para mí, la parte más interesante fue que todo estaba construido con nada: con materiales muy, muy baratos, materiales antiguos que nadie había pensado en usar de esa manera, mucha invención y mucho aire fresco, y en nuestro simposio de otoño vamos a intentar tener aquí a un buen grupo de estos inquietos colegas de todo el mundo.

ANDRAOS: Espero que pronto podamos hablar de ello nuevamente. Tu liderazgo y espíritu están impregnando los talleres de la escuela en este momento. Y este nivel de invención para repensar las formas de la práctica en términos no sólo de ser arquitecto, sino en términos de arquitectura en sí misma, está empezando a florecer de maneras muy emocionantes. Así que, gracias, Juan.

HERREROS: Oh, gracias a ti, Amale. Es un placer.